En el diario digital Público.es, se ha publicado un nuevo artículo sobre la oscura sombra que acosa a la Cala de San Pedro (haz clic para leer el artículo ...). En él se cuenta de nuevo la historia tremenda de la compra de la Cala, historia que también puedes leer en el Eco del Parque nº 47 (haz clic para leer el artículo ...).

Si os digo la verdad, nunca comprenderé la polémica. Tengo la sensación de siempre. Qué nos la están dando con terminologías legales y políticas y nos manipulan con los claro-oscuros que la ley permite. A mi modo de ver, la problemática principal sigue sin ser abordada:


¿Por qué el bien general no está por encima del bien particular? Infinidad de expropiaciones se han ejecutado en un marco legal y democrático a costa de este "hecho". El bien de todos debe de imponerse al bien o a los intereses de unos pocos y debería de dar igual si la Junta de Andalucía lo hace bien o mal; si Medio Ambiente está o no "intoxicado" por incopetencias; si la ley española permite a un listillo hacerse con toda una Cala y la escritura en el año 2000 por 15 millones de pesetas...

Todo esto, debería ser anecdótico. El estado español debería hacer como ha hecho, hace y hará: expropiar a tiempo y con un poco de suerte, devolver al Parque Natural su Cala de San Pedro, uno de sus referentes más famosos.

¿Por qué nunca se ha cuidado la Cala como cualquier otra del Parque? Mientras se iba implantado (muy muy despacio todo hay que decirlo) las labores de mantenimiento y limpieza en el Parque Natural nunca se extendieron a San Pedro. Eran los vecinos de las Negras, quienes cada otoño hacían las operaciones de limpieza y llenaban barcas y barcas de desperdicios. Medio Ambiente nunca ha tratado a la Cala como a una más. Ella siempre ha sido la proscrita, la ilegal...

Porque desde que tengo uso de razón, recuerdo las peregrinaciones a San Pedro, donde locos, lunáticos, místicos, colgados, sabios... todos ellos, llegaban a las Negras atraídos hacia "el más allá" del Cerro Negro. Recuerdo cuando los chiquillos hacían las excursiones a escondidas para ver a "las guiris en pelotas". Eran los tiempos en los que la gente acampaba en cualquier sitio sin problemas. Esto nunca fue un problema e incluso la gente encontraba muy divertidos a los "jipis" y más de uno soñaba con echar alguna caña al aire con las "jipas" que estaban todas muy buenas.

Los problemas llegaron con los okupas. Recuerdo a la Guardia Civil haciendo redadas en aquellos días cuando no se les quería vender nada "a esos guarros" y hay quién contaba entre cubata y cubata como los corrieron del pueblo a palo limpio . Recuerdo también leyendas de etarras y delincuentes escondidos en "la ciudad sin ley". Recuerdo historias de chicas desaparecidas y había quién decía que allí había más de uno criando malvas sin papeles de defunción...

Y así las cosas, ¿qué hacer? ¿cómo se resuelve el problema? echando a los okupas. Y ¿cuál es la mejor manera de echar okupas? Urbanizando... y así, ¿todos? contentos. ¿? ¿quién se corta una pierna porque le ha picado un mosquito?

Vaya locura!